Usina de vegetación exuberante, de caminos que muestran la historia geológica de nuestro territorio pasado, el histórico Paseo Jardín, que recuerda al poeta Marcelino Román. En la actualidad se encuentra en etapa de restauración para el disfrute de la comunidad paranaense. La política adoptada por el municipio, impulsada por un grupo de vecinos y vecinas, invita a repensar cómo cuidamos, en estos tiempos, aquellos espacios verdes que dan identidad a la Ciudad Paisaje.
Patrimonio de la gente
El paseo es parte de la infraestructura verde urbana de la ciudad y se integra al plan de recuperación de los espacios públicos que desarrolla la Municipalidad, una política pública necesaria para el encuentro, disfrute y bienestar social de las y los paranaenses. La inauguración de su puesta en valor se proyecta para los primeros días de diciembre.
En los últimos meses, el espacio público se encuentra en un proceso de rescate y puesta en valor. Se han reactivado las luminarias del paseo tradicional y se encuentra en restauración la escalera de ingreso por Boulevard Mariano Moreno. Desde el municipio, y con el apoyo de la comisión vecinal San José del Puerto Nuevo, se busca que el espacio se integre al circuito turístico paranaense.
Marta Rodríguez, presidenta de la Vecinal San José del Puerto Nuevo, expresó que “es una alegría muy grande que se trabaje en este hermoso lugar que fue abandonado hace muchísimos años. Hemos tenido reuniones con la intendenta Rosario Romero y con otras vecinales. Celebramos que se escuche al vecino y se avance en conjunto con la comunidad”.
En este contexto, próximo a la inauguración de la puesta en valor de dicho patrimonio verde urbano, desde la comisión vecinal se invita a diversas organizaciones de la sociedad civil, escuelas, instituciones y a toda la comunidad a colaborar en el cuidado del Parque. Tienen el anhelo de constituir en el corto plazo un consejo intersectorial, diverso y participativo para gestionar y cuidar este espacio verde, contemplando su hidrografía, suelos y diversidad biológica constitutiva. Asimismo, se proyecta al Paseo Jardín como una gran aula verde, para que las infancias y juventudes sean partícipes del cuidado y defensa del patrimonio biocultural mediante la educación ambiental.
Amor por nuestra tierra verde
El parque lleva el nombre de Marcelino Román desde 1987, seis años después de su muerte. Nacido en la localidad de Victoria el 2 de junio de 1908, Marcelino creció en conexión con sus tierras y el paisaje entrerriano. Payador, peón de campo y ensayista como ningún otro. Gracias a su prosa nos reencontramos con la literatura y raíces de nuestros pueblos. En el marco de la puesta en valor del Paseo Jardín, desde la comisión vecinal expresaron que la intención es recuperar la identidad del espacio verde, destacando sus singularidades que lo diferencian de otros parques públicos de la ciudad. En ese sentido, Marcelino Román, en su andar queriendo por las tierras entrerrianas, hace referencia en su poesía a la importancia de abrazar, querer y defender la cultura y paisaje que son el corazón de nuestra identidad.
Nada conseguiremos renovar si buscamos la clave de la renovación fuera de nuestra realidad
Un paraíso por redescubrir
En el centro del corazón verde del paseo, las rocas antiguas recuerdan el ingreso y prolongación del océano atlántico sucedido hace 10.500.000 años. Más cercano en el tiempo, la composición de estas rocas permitió darle origen al perfil minero de Paraná que, luego, en tiempos de la confederación argentina pasó a ser una cantera abastecedora de cal. En aquel entonces, también se realizó la primera descripción geológica de este perfil de origen marino, nombrando a dicha unidad geológica como “Formación Paraná”, única en el planeta.
En relación a la biodiversidad vegetal del paseo, podremos encontrar especies exóticas y nativas que se originan naturalmente en territorios de la Argentina. Entre ellas, podemos encontrar ejemplares de palo borracho en su ingreso por calle Güemes, que en octubre tapizan el suelo con sus algodones. Si seguimos caminando, estará el sauce abuelo junto al ceibo con su flor nacional, brindando sombra a quien quiera descansar. Cruzando el puente contemplaremos culandrillos y orejas de elefante, vegetación típica de ambientes húmedos y sombríos.
Por último, el agua y el drenaje pluvial es un elemento vital dentro del Paseo Jardín, parte de su esencia. Sin embargo, producto de los entubamientos de los arroyos urbanos de Paraná, ha perdido el caudal natural que fluía por los cauces del gran paseo. Por este motivo, desde la vecinal se propone que las nuevas intervenciones para mejorar el Paseo Jardín sean con una mirada que integre a los arroyos circundantes, abandonando las políticas que fomentan el uso del cemento para canalizar. En ese sentido, fomentará la creación de estanques naturales y la separación de residuos para reducir la contaminación generada por la basura que llega por parte del ciudadano que malquiere su entorno natural.
Diversas dimensiones para gestionar, pluralidad de voces que sueñan con un nuevo paseo, con identidad local, que exprese los sentires, recuerdos y memorias de la ciudadanía paranaense. Brindarle una nueva vida al Paseo Jardín habilita a pensar en qué proyecto de ciudad queremos como comunidad paranaense y, con el mismo espíritu, poder reencontrarnos con la historia, memorias y leyendas de plazoletas, plazas y paseos de la ciudad.
De la redacción de Fundación Eco Urbano.
Fotografías: Joaquín Ramallo Burgos.