A partir del 1 de enero de 2024, todos los hogares franceses deben clasificar y convertir en abono sus biorresiduos. Esta iniciativa, que se enmarca en un enfoque de economía circular e inclusiva, tiene como objetivo reducir significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero y al mismo tiempo fomentar el reciclaje de residuos orgánicos.

El principio del compostaje se basa en un proceso natural de degradación de materias orgánicas fermentables, posible gracias a la acción de los microorganismos presentes en el suelo y en los propios residuos. Este proceso no sólo permite reciclar estos biorresiduos sino también reducir la huella de carbono. El compost resultante proporciona un fertilizante natural ideal para el mantenimiento de jardines y huertas.

La lista de materiales compostables es larga: cáscaras, restos de comida y hojas muertas, que ahora se colocarán en un contenedor especialmente dedicado a materiales orgánicos.

Los edificios no se quedan atrás

Para viviendas unifamiliares con exterior se recomienda la instalación de un compostador en el jardín o patio, sin miedo a molestar al vecindario. Los municipios están desempeñando un papel clave en esta transición, ofreciendo asesoramiento y, en algunos casos, contenedores de compostaje de forma gratuita.

Los edificios no quedan fuera. Cada apartamento puede optar por un compostador individual, o elegir una solución colectiva. Para esta última opción, se pueden instalar puntos de recogida de biorresiduos en zonas comunes, o sustituir parte de los contenedores de residuos domésticos por contenedores para biorresiduos. Sin embargo, estas medidas requieren una votación en la asamblea general por mayoría absoluta.

Se destaca la comunicación efectiva como un elemento crucial para informar a todos los vecinos sobre las buenas prácticas de compostaje y garantizar así el éxito de esta iniciativa eco-responsable.

Este nuevo reglamento destaca la necesidad de una preparación adecuada y una mayor concienciación sobre la gestión responsable de los biorresiduos. Marca un paso significativo hacia un modelo de gestión de residuos más sostenible en Francia, alineado con las ambiciones ecológicas nacionales e internacionales del país.

Fuente: Entreprendre