5 razones para reflejar el entorno natural próximo en el patio de la escuela

Por Clara Pons Mesman*

Creo que cada vez tenemos más clara la importancia del patio de la escuela como espacio de aprendizaje, de socialización, de juego, de libertad, de crecimiento… Y poquito a poco va calando la idea de que el patio debiera asemejarse más a un jardín en el que disfrutar y abrir los sentidos que a un rectángulo de cemento… Sin embargo, hay algo de lo que todavía se habla poco… Y es que el patio debe estar también en consonancia con su entorno y reflejar las características de la zona en dónde se ubica la escuela.

Las personas no somos seres que vivamos aislados del entorno. Al contrario, necesitamos establecer lazos con él, igual que lo hacemos con otras personas, con las historias del lugar, con la cultura.

Los animales y el entorno forman una unidad indisoluble. Ningún animal puede vivir si no es en un ambiente. El animal recibe cuánto necesita del medio e influye, a su vez, en él.

Por eso es importante que también desde la escuela, lugar en el que los niños pasan muchas horas, se favorezcan esos lazos y conexiones con el entorno.

¿Pero cuál es el ambiente al qué están ligados hoy los niños? ¿Y qué necesitan?

La evidencia científica demuestra que los niños tienen una fuerte conexión con el mundo natural. Y no solo eso, sino que además está demostrado que los pequeños (y adultos) necesitan tiempo diario en la naturaleza, ya que les ayuda a rebajar al estrés y, además, ese tiempo redunda en la salud general, además de favorecer la capacidad de concentración y atención de los niños.

¿No es interesante que en la escuela los niños puedan tener un patio natural que favorezca la salud de los niños y facilite esa conexión y tiempo con el entorno y, especialmente, con el espacio natural?

Reflexionando sobre todo lo expuesto quiero compartirte hasta 5 razones de por qué el patio debe reflejar la identidad del lugar.

  1. PORQUE EL JARDÍN DE LA ESCUELA ES UNA FORMA EXCELENTE DE CONOCER LA NATURALEZA Y EL ENTORNO MÁS PRÓXIMO

A veces lo más cercano es lo más desconocido. ¿Qué sentido tiene conocer las gigantescas sequoias de Yosemite, California, si desconocemos los pinos de al lado de casa?

¿Conocen los niños la vegetación cercana? ¿Saben distinguir un ceibo de un lapacho? El patio de la escuela es una excelente oportunidad para poder distinguir la vegetación básica de nuestro entorno. Y por qué no, la fauna también (¡aunque la fauna en el patio ya sería materia para otro artículo!).

También puede reflejar el patio relatos, historias, obras de arte, etc. que tienen especial relevancia en el lugar e, inspirar así, numerosas preguntas. Es otra forma de trabajar esa necesidad de conexión, que tenemos todos, con el entorno que vivimos.

  1. PORQUE ES MÁS COHERENTE Y FÁCIL DE CUIDAR LA VEGETACIÓN PROPIA DEL LUGAR QUE OTRA MÁS EXÓTICA

A veces he observado patios en los que se ha querido plantar césped sí o sí, pese a estar ubicada la escuela en una zona de mucha sequía… Eso entraña muchas dificultades para mantener el pavimento vegetal en buen estado y, a la vez, supone un gran gasto de recursos.

También, a veces, nos obstinamos en crear estructuras vegetales preciosas, en lugares en los que éste no crece bien. Así que… ¿Por qué no investigamos si podemos crear otras estructuras vegetales con plantas y arbustos más apropiados al lugar? No demos por hecho que lo que vemos en Pinterest es la mejor e idea e investiguemos, investiguemos y hablemos con jardineros, etc.

  1. PORQUE CREAR UN PATIO CON VEGETACIÓN Y ESTRUCTURAS EN CONSONANCIA CON EL ENTORNO HACE QUE EL NIÑO SE SIENTA EN UN LUGAR MÁS CERCANO Y HOGAREÑO

¿Verdad que cuando visualizamos una clase decorada como en interior del hogar sentimos que el niño estará más a gusto y calmado en ella? De la misma forma, un patio que refleja el entorno de la escuela es también un patio más amable y conocido para el infante.

  1. CONTRIBUIR AL MANTENIMIENTO DE LA BIODIVERSIDAD

Una cuarta razón y que va directamente relacionada con las tres primeras es el respeto a la biodiversidad, que incluye toda la diversidad de especies vegetales y animales. Contribuir al mantenimiento de los hábitats, ecosistemas y sus especies tiene múltiples beneficios.

En una escuela puede suponer una mejor regulación del clima, creación de sombras en verano, eliminación de determinados residuos (¿No sería interesante hacer compost para los árboles del patio a partir de los propios restos alimentarios?), contribuir a la preservación de especies vegetales y animales, evitar la desertización del suelo, etc.

  1. IMPORTANCIA DE LA IDENTIDAD PROPIA DE CADA ESCUELA

¿Qué quiere decir eso? Que no se trata de que ahora se reformen todos los patios y terminen siendo todos iguales. Cada escuela debe hacer su propio proceso, que, como el DNI, debiera ser personal e intrasferible, jeje. Eso no significa que no podamos inspirarnos en otros patios y parques, pero cada escuela tiene una realidad social distinta, unos grupos de edades distintos, unas características geográficas diferentes, etc. etc. Así que lo mejor es transformar el patio a la medida que toda la comunidad educativa necesita y reflejando las características que le son propias, ¿no?

¿CÓMO DESCUBRIR EL AFUERA DE LA ESCUELA?

Para poder plasmar mejor todo esto es importante plantearnos qué pasa dentro de la escuela y cómo es su entorno, el afuera.

Y para ello podemos responder las siguientes preguntas:

¿De dónde viene la escuela? ¿Cómo es?

¿Qué pasa en ese entorno? ¿Qué pasa en el barrio?

¿Hay tradiciones o relatos culturales importantes en ese lugar?

¿Cuál es la permeabilidad de las barreras de la escuela? ¿Cómo hacer presente el afuera en la escuela?

¿Qué clima tiene ese enclave? Llueve mucho, o no, hace sol, frío, hay mucha sombra, cuál es la tierra del lugar, etc. etc.

¿Cuál es la vegetación autóctona?

A partir de ahí podremos decidir qué vegetación será más adecuada, qué hacer en el suelo, que vegetación o pavimento es óptimo (si llueve mucho, habrá que pensar en alguno que drene bien el agua, por ejemplo), etc.

Como digo… Es un proceso propio de cada escuela así que en este artículo no voy a dar respuestas mágicas y universales… Pero deseaba invitarlos a esta reflexión y sí quería compartir con vosotros algunos ejemplos de cómo plasmar el entorno en la escuela.

Traer el afuera de la escuela hacia ella… y a la vez que se refleje en la propia parte exterior de la escuela. Al final, se trata de repensar la permeabilidad del centro educativo y sus propias barreras internas y externas, entendiendo que esa apertura hacia a fuera y la plasmación del paisaje de una comunidad en la escuela es un excelente recurso pedagógico que permitirá muchos aprendizajes a su vez.

*Licenciada en Derecho y Postgrado en Derecho de Infancia

Fuente: Tierra en las manos

Fecha 21/11/2024

 

 

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