Agrotóxicos en placentas de mujeres de la Patagonia argentina

Organoclorados u organofosforados de uso prohibido en la Argentina como el DDT, el clorpirifos o el endosulfán fueron hallados en el 100 por ciento de las muestras de placentas de mujeres evaluadas por un equipo de científicos de la Universidad Nacional del Comahue (UNC).

El estudio, llevado a cabo por Piuque Rodríguez, Natalia Guiñazú, Berta Vera, Celeste Muntaner, Karina Miglioranza y Paola Ondarza, se basó en el análisis de 20 placentas de mujeres con residencia en el Alto Valle de Río Negro y Neuquén.

Además de constatar la presencia de los venenos, los expertos determinaron que este cóctel de agrotóxicos afecta el crecimiento de los fetos. “A mayor exposición a plaguicidas, menor peso al nacer”, indicó Rodríguez.

Comparto algunos detalles del trabajo científico, incluido recientemente en la revista de la Sociedad Española de Salud Ambiental.

“Los resultados de este estudio piloto indican que las mujeres están expuestas simultáneamente a una gran mezcla de plaguicidas neurotóxicos y potencialmente peligrosos, los cuales podrían afectar a los neonatos a través de la transferencia placentaria”, se indica en uno de los apartados del estudio.

“Los POCs (plaguicidas organoclorados prohibidos) fueron ampliamente detectados en las mujeres embarazadas estudiadas, aun cuando su aplicación fue prohibida hace más de 20 años. La alta frecuencia de detección de clorpirifos demuestra su actual uso en el área de estudio. Además, estos resultados indicarían que el uso del suelo de las zonas rurales representaría una fuente de plaguicidas para sus residentes”, añaden las y el autor.

El área de estudio incluyó Neuquén capital, las poblaciones neuquinas de Plottier y Centenario, y las localidades de Cinco Saltos y Contralmirante Cordero, en la provincia de Río Negro.

En la zona de medición predominan los campos de manzanas, peras y frutas finas –esto es, arándanos, frutillas, frambuesas, zarzamoras, cerezas y grosellas–.

A excepción de las alternativas agroecológicas u orgánicas, estas producciones reciben baños permanentes con plaguicidas habilitados por el SENASA –pero no por ello menos nocivos para la salud humana y ecosistémica– y moléculas prohibidas.

Según el equipo de científicos, las concentraciones de clorpirifos detectadas en las placentas evaluadas “superaron niveles reportados en Asia, Europa y África”.

“Clorpirifos se detectó en el 95% de las muestras (106,17 ± 148,14 ng/g lip). Se encontraron concentraciones significativamente más altas de DDT, pp ́-DDE, pp ́-DDD y heptacloro epóxido en madres que viven en los entornos rurales frente a los urbanos. Las mujeres embarazadas que viven en la Patagonia Norte están expuestas a una mezcla compleja de pesticidas neurotóxicos que pueden afectar a los recién nacidos a través de la transferencia placentaria”, se afirma en el trabajo.

A esta altura del desastre, la pregunta dominante es si existe límite alguno para la presencia de los agrotóxicos en cuerpos y ambiente. Contaminación irrestricta que es consecuencia directa de un modelo agrícola que, atado al uso de plaguicidas, sigue perpetuándose como política de Estado. 

Estudio https://bit.ly/3Yo1gOG

Fuente Patricio Eleisegui

 

05/04/2023

 

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