Pueblos del Agua

Atama’ nvole’ Parana’ reta’m uge’ atama’ uga’ uga’ danana’t uyi’ aati’ uga’ atama’ n’elo’p ncote’ ote’ pari’ aati’ ote’ uga’ opatima’ ug uge’ atama’ ua’ angu’ nvar, uge’ Parana’, Urugua’y aati’ Gualegua’mari’ uga’ ata’ aa’ uge’ ata’ ncapa’.
Paraná
Así como los ríos, las poblaciones aborígenes y las corrientes voluntarias y forzadas se han fundido y han configurado la comunidad entrerriana que hoy conocemos, los Ríos Paraná, Uruguay y Gualeguay funden sus aguas en el mar
(Traducción del Chaná, Blas Omar Jaime, considerado último Chaná Parlante)

El agua es fuente de vida para cualquier ser vivo, por lo tanto el ser humano elige lugares con recursos hídricos accesibles para establecer asentamientos, tanto permanentes como transitorios. Los grandes sistemas fluviales de llanura tienen una serie de características que le son únicas y albergan un conjunto de ambientes que van de los pantanos, lagos, lagunas a cauces abandonados, cauces principales y secundarios, etc. que aportan una gran variedad de recursos naturales aprovechables para cualquier población humana.

En Entre Ríos existen dos grandes sistemas fluviales que delimitan la provincia, el Paraná y el Uruguay, con una dinámica y procesos evolutivos propios que dieron como resultado paisajes con una gran diversidad de recursos. Entre estos sistemas se desarrollaron cursos de agua de variada importancia. De esta forma, la historia prehispánica de la provincia de Entre Ríos estuvo íntimamente ligada a los diversos ambientes fluviales que pueden observarse en el área.

Los grupos humanos asentados en la región mantenían una existencia nómada o seminómada, que les permitía subsistir y prosperar, modificaban el ambiente para poder habitarlo construyendo montículos conocidos como cerritos o propiciando su desarrollo a través de la dinámica fluvial y de esta forma sobreelevar los lugares de habitación y aislarlos de las crecidas. Utilizaban los ríos como rutas fluviales de comunicación y para el comercio, llegando tan lejos como el noreste, noroeste y centro oeste del país. Esta forma de vida cazadora-recolectora-pescadora a la que, tardíamente, se incorporó la agricultura, propició la identidad única que tiene la provincia.

El monte nativo y los humedales con su rica biodiversidad, así como las conductas asociadas a estos ambientes donde permanecen las memorias locales vinculadas a la identidad, son parte de un patrimonio vivo, tangible e intangible que hay que salvaguardar y proteger.

El desafío es pensar la identidad asociada a la cultura del agua, rescatando la memoria de los primeros habitantes de la provincia, reflexionando sobre la sustentabilidad del recurso y revalorizando las prácticas culturales de los pueblos originarios y los pescadores actuales. Visibilizar de este modo las memorias locales vinculadas a la identidad desde un pensamiento crítico e intercultural, las cuales es necesario salvaguardar y proteger, en diálogo con el conocimiento científico.

Entre Ríos Museo Antonio Serrano Ecourbano Cuidadores